"Manejaba por La Carretera de la Muerte. La carretera estaba vacía. Cerca de las tres de la madrugada y pese a conocer bien el camino, lo hacía de mal humor. Las curvas y continuas cuestas le desquiciaban, las luces de los otros vehículos le desorientaban y aún más las de “aquellos idiotas” incapaces de bajarlas. En definitiva le desagradaba manejar de noche."
Un trozo del relato de terror escrito por Aldo Astete Cuadra para la página:
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